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lunes, 18 de marzo de 2013

¿Problemas de comunicación?


Es moneda corriente decir que, por lo general, las personas tienen (tenemos) problemas de comunicación. Lo escuchamos a diario entre parejas, hermanos/as, amigos, compañeros/as de trabajo, etc. Pero, ¿qué significa realmente tener "problemas de comunicación"?, ¿Es que acaso los signos utilizados (palabras, letras) no son conocidos por nuestros/as interlocutores?, ¿hablamos mal, como para que no nos entiendan?

Partamos este breve análisis con la siguiente premisa: los supuestos "problemas de comunicación" se deben a que en los intercambios comunicacionales, gran parte de la información "se subentiende", "se da por sentado". ¿Qué quiere decir ésto? Que, debido a una propiedad (muy humana por lo demás), entregamos solo la parte de la información que consideramos clave para este mismo intercambio comunicacional. 

Aclaremos esto con un ejemplo: si yo le pidiera a cualquiera de ustedes "un vaso de agua", se da por sentado que es agua potable, que lo estoy pidiendo para ahora y que el vaso tiene medidas estándar. Sería bastante extraño, aunque absolutamente posible, que usted apareciera con un vaso de agua del estanque del baño, o que el vaso tenga un litro de capacidad, o que simplemente me lo trajera mañana. Todo lo anterior es posible debido a que no especifique los criterios de satisfacción de mi petición.

Durante toda nuestra vida danzamos a través de peticiones. No hay día de nuestra vida en que no hagamos una petición. Somos seres "peticionales". El problema, tal como lo hemos mencionado, es que no especificamos a nuestro interlocutor cuales serán aquellas cosas que debe hacer para sentir que efectivamente ha cumplido.

Otro ejemplo: Una tarde cualquiera, después de almorzar, usted, como buen/a padre o madre que me imagino que es, le pide a su hijo o hija adolescente que estudie. Pues bien, aquel ser humano lleno de ímpetu producto de la edad y las hormonas, prende la radio, el computador, la televisión y abre un cuaderno para leer los contenidos que le están pasando en clases. Semanas después, su hijo o hija le comenta que ha obtenido una baja calificación, a lo que usted lanza un ¿No te pedí que estudiaras para esa prueba?

Como se podrá dar cuenta, realmente lo que quería era que obtuviese una buena calificación, no que estudiara. En otros términos, usted esperaba un resultado positivo, mientras que pedía la ejecución de un medio para obtener ese resultado.

Como ejercicio práctico, sugiero realizar las siguientes preguntas al momento de realiza una petición:

1. ¿ Qué necesito realmente?
2. ¿Qué espero que haga la otra persona al momento de plantearle mi petición?
3. ¿Cómo sabrá la otra persona que cumplió con nuestra petición?, en otras palabras, ¿Cuáles son los criterios con los que evaluaré si la persona cumplió o no con mi petición?

La danza de las peticiones, las ofertas y los compromisos se realiza a diario, en todas partes del mundo. Desde Dynamo Coaching esperamos, mediante nuestros talleres, charlas y conferencias, entregar este tipo de conocimiento práctico que nos permite comunicarnos cada día más y mejor.




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